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Tu cuerpo pide un descanso consciente y un espacio para reconectar contigo misma

Te has sentido agotada, sobrecargada, irritada? Sabes que la profesión del cuidado infantil es una labor gratificante, pero también exige un gran compromiso físico, emocional y mental. Todos los días nos enfrentamos a horarios ajustados, múltiples tareas simultáneas y la responsabilidad de garantizar la seguridad, el aprendizaje y el bienestar de los niños, y eso sin agregar el rol como mamá, esposa, hija/ No no hay un espacio para inspirarnos y esa rutina puede traducirse en agotamiento, ansiedad y pérdida de motivación.

El sentirnos así se ha normalizado, ya lo volvimos parte del día a dia pero no es asi. Vamos a reconocer las señales de sobrecarga, cuáles son sus impactos en tu salud mental y, sobre todo, te propondré prácticas holísticas y soluciones reales para restablecer tu equilibrio y disfrutar de tu vocación con renovada energía.


En primer lugar, es importante identificar los síntomas del estrés y la sobrecarga laboral. Quizás notes tensión constante en el cuerpo, insomnio o sueño fragmentado, irritabilidad, dificultad para concentrarte durante las actividades diarias o incluso dolores de cabeza frecuentes. A nivel emocional, podrías sentirte desbordada, dudar de tu capacidad para manejar situaciones cotidianas o perder esa sensación de alegría que caracteriza tu trabajo con los niños del programa. Estas señales son la voz de tu cuerpo pidiendo un descanso consciente y un espacio para reconectar contigo misma.

Para contrarrestar este desgaste, quiero proponerte la integración de pausas activas a lo largo de la jornada. Cada dos horas, aparta cinco minutos para estirarte suavemente: eleva los brazos, haz torsiones suaves de cintura y mueve el cuello con lentitud. Este breve descanso activa la circulación y libera la tensión acumulada en la espalda y los hombros. Además, combina estos estiramientos con respiraciones profundas: inhala contando hasta cuatro, retén un segundo y exhala despacio, vaciando completamente los pulmones. Esta sencilla práctica recupera tu claridad mental y te ancla en el presente.


La sobrecarga también nace de la falta de límites claros entre la vida laboral y personal. Salimos de la jornada de trabajo y seguimos y seguimos terminando de hacer tareas que no se pudieron culminar. ¿Te cuento algo ? esa lista de quehaceres no se va a terminar así que establece un horario realista que incluya tareas administrativas, preparación de materiales y tiempo de calidad con tu familia o contigo misma. Comunica a tus colegas de una forma amable los momentos en que no estás disponible, priorizando siempre tu recarga emocional. Recuerda que, para acompañar a los niños en su bienestar, primero debes cuidarte a ti.

Una estrategia poderosa para romper la rutina es incorporar micro prácticas de mindfulness en tu día a día con los niños. Antes de iniciar una actividad, invita a respirar juntos: “Inflamos la barriga como un globo, y luego lo soltamos”. Este ejercicio no solo regula el ritmo cardíaco de los niños, sino que también te centra y te recuerda que el momento presente es un espacio de transformación compartida. 


Al final de la jornada, dedica un minuto a hacer un “escaneo corporal” con ellos: siéntense en círculo y, guiándolos suavemente, recorra tu cuerpo mentalmente desde los pies hasta la cabeza, alentando a cada uno a notar sensaciones sin juzgar. Este gesto sencillo fortalece la conexión con tu propio cuerpo y el de ellos también. Es un win win. 

Para sostener a largo plazo tu energía, sentirte plena, recargada , productiva pero no sobrecargada diversifica tus fuentes de inspiración. Participa en grupo de apoyo profesional pueden ser presenciales o en línea donde compartes recursos, anécdotas y herramientas con otras proveedoras, asiste a eventos de tu profesión como la Child care Expo, si es posible únete al viaje de Eucalyptus Fest el encuentro para profesionales de cuidado infantil una vez al año haciendo esa inversión personal en la salud mental. 


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Asimismo, reserva un espacio semanal para capacitarte enriqueciendo tu mirada: desde pedagogías alternativas hasta técnicas de gestión emocional, cada nuevo aprendizaje te renueva y amplía tu caja de herramientas. Ser parte de estos espacios te das cuenta que no estás sola en los desafíos aligera la carga y abre puertas a nuevas ideas.

Finalmente, no subestimes el poder del descanso regenerativo. Programa al menos un día a la semana sin tareas relacionadas con el centro de cuidado, sal a caminar en la naturaleza, dedica una tarde a tu hobby favorito o compartir una comida tranquila con tus seres queridos. Estas pausas integrales son el cimiento sobre el cual tu entrega profesional florece con salud y entusiasmo.


Al atender tu salud mental, reducir la carga de trabajo y romper la rigidez de la rutina con prácticas saludables y soluciones reales, no solo proteges tu bienestar, enriqueces cada sonrisa, cada abrazo y cada aprendizaje que ofreces a los niños. Cuidarte es, al fin y al cabo, el mejor regalo que puedes darles a ellos y a ti misma.


Empieza hoy mismo.

 
 
 

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