¿Cuántas veces no te ha pasado qué tienes una meta por cumplir y cuando la tienes en tus manos sientes la satisfacción qué la cumpliste, pero aun así no te sientes ganador o feliz?
¿Por qué nos sucede esto si hemos trabajado años, meses o semanas por llegar a ese momento y la satisfacción dura tan poco?
Es como cuando cocinamos un plato especial, hay toda una preparación para ir a comprar los ingredientes, luego cocinar, y después dejar limpia la vajilla, duramos horas en todo este proceso y luego sentarnos a comer este plato dura solo unos cuantos minutos. Dicen por ahí que lo bueno dura poco, ¿será verdad?
Generalmente es de costumbre enfocarnos únicamente en el target, en ese objetivo, en la meta, en ganar y por supuesto dejamos a un lado la parte más valiosa del sentirse ganador. ¿Habremos escuchado decir “vive el proceso” pero lo vivimos realmente?, vivir realmente el proceso significa sentirse ganador en todo lo nuevo qué se aprende, se vive, se experimenta durante el camino a ese objetivo. Incluyendo las frustraciones y las alegrías, lo que hay que dejar a un lado, lo que es necesario soltar, lo que es necesario aprender, todo hace parte de esa gran meta que se quiere conquistar. Sentimos qué cuando compre una casa entonces voy a sentirme ganador, cuando pase el examen de la ciudadanía o cuando compre el carro del año o tal vez cuando termine la carrera qué deje a medias, o mejor cuando obtenga el certificado qué tanto anhelo, o mejor aun cuando abra el negocio que me ronda la cabeza, ah no mejor cuando haga el viaje a Europa, las Islas Vírgenes, Disney World.
Estos son solo ejemplos de metas qué pensamos qué nos hará sentirnos ganadores, supongamos qué alcanzamos una de ellas, ¿se obtiene lo tan anhelado y luego qué sigue?, inmediatamente ya tenemos la otra meta, y otra meta, y otra meta y así sucesivamente como en automático detrás de alcanzar algo que nos haga sentir ganadores que nos llene de esa sensación de logro. Y ojo, no estoy diciendo qué no está bien hacerlo, claro qué sí, es una motivación diaria para muchos, para otros un estilo de vida, de emprendimiento, la situación acá es cuando lo hacemos por encontrar una felicidad qué no se encuentra al llegar al logro de los objetivos lo qué hace querer otro objetivo y nos pasamos la vida entera buscando la felicidad o buscando triunfos cuando la ceguera no nos la deja ver.
El lograr nuestros objetivos es muy positivo cuando nos damos la oportunidad de vivir el proceso, de sentirnos vulnerables, sentirnos que sí podemos y cuando estamos a punto de ver la luz del túnel resulta qué tocaba excavar más y tal vez nos caemos y arrastrados nos limpiamos las rodillas y seguimos y aun pasando por todas las adversidades llegar a sentirnos “ganadores” porque se logró eso que se tenía soñado por tanto tiempo. Eso es realmente “ganar” porque sentirse ganador es un estado mental.
De ahora en adelante mantenernos con los ojos mirando hacia el target como las águilas mientras abrimos los brazos para sentir el aire, la lluvia, el sol el proceso.
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